Mosul, Irak: “He estado en muchas otras guerras pero nunca había visto algo como esto”

El 19 de febrero, Médicos Sin Fronteras (MSF) abrió un hospital de campaña con capacidad quirúrgica en una localidad al sur de Mosul.

El 19 de febrero, Médicos Sin Fronteras (MSF) abrió un hospital de campaña con capacidad quirúrgica en una localidad al sur de Mosul.
 
La instalación cuenta con dos quirófanos, una unidad de cuidados intensivos, una sala de emergencias, una sala de hospitalización y otras facilidades de apoyo que son necesarias. El equipo de MSF que trabaja en el hospital, compuesto principalmente por cirujanos, médicos y enfermeras iraquíes, sólo tiene la capacidad de operar en aquellos casos que implican una amenaza para la vida y que son clasificados como “alerta roja”. Aquellos que pueden esperar, son referidos a hospitales más lejanos.
 
Desde su inauguración, el centro ha recibido más de 915 pacientes. De ellos, 763 sufrieron traumatismos relacionados con la guerra, 190 de los cuales fueron clasificados de alerta "roja" necesitando una cirugía de emergencia, y 421 de ellos clasificados como alertas “amarillas” y estabilizados antes de ser referidos a otros hospitales de la región. Más de la mitad de los heridos eran mujeres (241 pacientes) y niños menores de 15 años (240 pacientes).
 
A continuación les presentamos los testimonios de dos cirujanos de MSF que trabajan en el centro de trauma –recogidos el 18 de marzo:
 

Testimonio del Dr. Reginald

 
Reginald es un cirujano belga de 66 años, luego de su último turno en el hospital de trauma de MSF unos kilómetros al sur de Mosul: Reginald describe sus seis semanas cerca de Mosul como la situación más dura que le tocó vivir en su larga carrera con MSF.
 
“He estado en muchas otras guerras: Siria, Liberia, Angola, Camboya, pero no he visto nunca algo como esto. En la sala de operaciones todos los casos que recibimos son severos y tenemos que lidiar con afluencia masiva de heridos. Nuestros pacientes pueden ser de cualquier edad, de cualquier sexo y estar sufriendo cualquier tipo de herida de guerra: ataques de francotiradores, disparos de mortero, bombardeos, minas terrestres y otras explosiones. Todos ellos están poniendo  su vida en riesgo para escapar de una ciudad sitiada.
 
 
Ayer el clima era malo, gris y nublado con algo de lluvia, así que sólo recibimos 20 pacientes con heridas de guerra. Cuando las condiciones climáticas son buenas tenemos una enorme afluencia de hombres, mujeres y niños heridos. Cuando está nublado o lluvioso recibimos menos gente. Ahora consultamos el pronóstico para prepararnos mejor y anticiparnos a las llegadas masivas de heridos.
 
Durante una tarde de sol, las ambulancias empezaron a llegar una detrás de otra. Usualmente los puestos de estabilización más cercanos a la zona de combate nos alertan cuando están refiriendo pacientes estabilizados a nuestro centro. Pero ese día, debido al caos, no sucedió.
 
Fue realmente duro. Tuvimos que transferir a algunos de ellos porque no teníamos espacio físico para tratar a todos pero los doctores y enfermeros iraquíes trabajaron a nuestro lado de sol a sol. Fue un día soleado pero nunca vimos el sol, estuvimos operando una persona atrás de otra hasta las cinco de la mañana. Al final habíamos recibido a unos cien pacientes, estábamos exhaustos. Ese día confirmó que nuestra unidad quirúrgica era una instalación de cirugía en la línea de fuego y desde entonces abrimos una segunda sala de operaciones para incrementar nuestra capacidad.
 
Al cumplirse la sexta y última semana de mi misión, estoy impactado por la cantidad de familias desmembradas por esta guerra. Por la cantidad de madres y padres que nos rogaron que salvemos a su hijo o a su hija porque eran los únicos miembros de su familia que quedaban vivos. Estoy impresionado por la fuerza de la población iraquí y por la generosidad y el duro trabajo de nuestros colegas iraquíes. No podríamos hacer nada de esto sin ellos”.

 

Testimonio del Dr. Ahmed

 
Ahmed* cirujano ortopédico iraquí que trabaja con MSF desde 2008 y que ha estado brindando atención médica desde mediados de febrero de 2017 en el hospital de campaña de MSF, ubicado a pocos kilómetros al sur de Mosul:
 
"Ayer por la mañana recibimos a una familia de cuatro integrantes: la madre, el padre y sus dos niños pequeños. Todos habían resultado heridos por una granada de mortero. Los padres no llegaron con vida al hospital, así que trabajamos en todo momento en los dos hermanos. Pero la herida en la cabeza que tenía el niño más pequeño era demasiado grave y falleció. Sólo fue posible salvar al niño de nueve años de edad. Me pregunto cómo pudo sobrevivir y cómo va a sobrevivir. De toda su familia, él es el único que sobrevivió. 
 
 
Luego, ayer por la tarde, recibimos a otro niño, en esta ocasión, de 10 años de edad. Llegó con la pierna izquierda casi amputada por fuego de mortero. Fuimos directamente al quirófano, pero perdió mucha sangre en el camino al hospital. Durante dos horas le practicamos cirugía ortopédica y luego, durante otra hora más, mi colega le hizo una laparotomía, pero en la noche murió.
 
Tratamos de hacer todo lo posible, pero a veces no es suficiente. Si pudiera, le tomaría una foto a cada uno de los pacientes que he tratado para contar sus historias y para recordarlos. Aquí sólo opero en casos de alerta roja, pero me gustaría hacer más. También me gustaría seguir los casos de alerta amarilla, es decir, aquellos que transferimos a otras instalaciones. Quisiera cuidar de ellos, hacer todo lo posible para ayudar a estas personas que han atravesado un sufrimiento tan terrible".
 
*El nombre ha sido modificado.
 

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