Afganistán: Atención traumatológica vital en Lashkar Gah

Jessica Comi, enfermera en la sala de urgencias del hospital Boost, en Lashkar Gah, Afganistán, nos describe su experiencia de trabajo en Afganistán junto a MSF.

Jessica Comi es una enfermera en la sala de urgencias del hospital Boost, en Lashkar Gah, Afganistán, en donde MSF trabaja en colaboración con el Ministerio de Salud para proporcionar atención médica gratuita a la población de la provincia de Helmand. Nos describe su experiencia de trabajo en Afganistán.
 
Sólo hay un día que nunca olvidaré de mi vida trabajando en el hospital. Comenzó como un día normal. Bueno, un día normal en Lashkar Gah.
 
Habíamos estado muy ocupados y yo estaba agotada, esto sucedió sólo unos días antes de mis vacaciones. Eran las 6 de la tarde y la sala de urgencias estaba caótica como siempre, es el departamento más ocupado del hospital y, en un día normal, llegan alrededor de 300 o 400 pacientes a través de nuestras puertas.
 
Súbitamente, un niño pequeño con un serio trauma craneal fue ingresado rápidamente a la sala . Él había estado en un accidente en el que un tractor aplastó su cabeza con una de sus ruedas. 
 
Soy una experimentada enfermera de quirófano, pero nunca te acostumbras a ver a un niño en esa condición. Incluso si tienes 10 emergencias serias a diario, nunca te acostumbras. Con sólo mirarlo, estaba segura de que el niño moriría. 
 
El equipo entró en acción rápidamente. Desde el momento en que el niño entró a través de las puertas el personal luchó por mantenerlo con vida. Revisamos sus signos vitales y le dimos fluidos por vía intravenosa. Logramos estabilizarlo y fue transferido a la sala de cuidados intensivos para ser monitoreado. Después esperamos.
 
Cuando camino del quirófano hacia el departamento para pacientes externos, cuando los pacientes están a punto de recibir el alta, ese es el momento en que me siento más feliz. 
 
 

Bombas y balas

 
He estado aquí en el sur de Afganistán durante siete meses, trabajo como supervisora de quirófano junto a un dedicado equipo de personal afgano en el hospital Boost. Proporcionamos servicios de cirugía, de medicina interna, de emergencia, de atención materno infantil, de pediatría y cuidados intensivos. 
 
El hospital es la única instalación médica disponible para aproximadamente un millón de personas que viven en el área. Durante el invierno y en los meses en los que el conflicto es más activo, la gente lucha por poder llegar al hospital. No pueden moverse fácilmente, es muy peligroso, pero no tienen ningún otro lugar a donde ir si están enfermos o heridos. Actualmente, la situación en Lashkar Gah es muy tensa. Hubo un periodo de intensos enfrentamientos hace sólo dos semanas y nuestro hospital se llenó de personas heridas y de heridos de guerra. Teníamos personas con heridas de bala y otro tipo de traumas.
 
A menudo escuchamos los disparos que retumban en el hospital y hemos tenido noches en las que los bombardeos terminan hasta las primeras horas de la mañana. Esto sucede tan frecuentemente que ya se ha convertido en una parte normal de nuestras vidas. En la casa en la que vivimos tenemos un cuarto de seguridad y un búnker en donde se puede quedar todo el equipo en caso de que la situación de seguridad se vuelva muy mala.
 

Una vida salvada

 
Después de que el niño fuera llevado a cuidados intensivos, el personal afgano estuvo al pendiente de él durante toda la noche, monitoreando sus signos vitales. Él estaba en buenas manos, pero aún así no podía irme a dormir. No podía dejar de pensar en él. El miedo que tienes por tus pacientes al ser una enfermera no desaparece al final del día laboral, sin importar qué tanto intentas que sea así. 
 
Y, por supuesto, el sonido de las bombas no ayuda. A la mañana siguiente fui directamente a la sala de cuidados intensivos para ver al niño. Para mi sorpresa, estaba vivo y había comenzado a responder al tratamiento. Este niño tenía más fuerza de la que cualquiera de nosotros pudo haber imaginado. 
 
Eso fue hace algunos días, y ahora el niño tiene un largo camino que recorrer para recuperarse. Pero al menos le dimos la oportunidad de tener un futuro. Estaba muy orgullosa del equipo en ese momento. Todos trabajaron juntos y lucharon para salvar la vida de este niño. Diariamente, nuestros equipos atienden a cientos de pacientes, muchos de los cuales han viajado varios kilómetros para llegar a nuestro hospital.
 
El conflicto continúa, así que más gente depende de que estemos aquí, proporcionando atención médica de emergencia gratuita. Con tu apoyo, podemos salvar vidas y asegurarnos  de que haya más historias de recuperación como esta. ¡Gracias por tu apoyo!
 
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